Llegué a Serra Grande agotado, enfermo y estresado. Lo que encontré con Gitali fue mucho más que un retiro detox: fue un espacio seguro y amoroso para reconectar con mi cuerpo y conmigo mismo.
Durante los 9 días, combinamos alimentación consciente, prácticas de yoga suaves, meditaciones, masajes y una escucha profunda del cuerpo. Lo más valioso para mí fue trabajar a la inversa de una costumbre muy arraigada: la autoexigencia. Me di cuenta de que las sobreexigencias y esfuerzos innecesarios me los imponía yo mismo, y aquí aprendí, poco a poco, a soltar esa presión.
Con Gitali no hubo exigencias ni metas forzadas. Todo lo contrario: su acompañamiento fue una invitación constante a observarme, a respetar mis ritmos, a escucharme con cariño. Cada práctica fue adaptada con sensibilidad y precisión a mi estado físico y emocional del día.
Me voy con herramientas simples y aplicables al día a día, pero sobre todo con una comprensión más amorosa de mis procesos. Recomiendo esta experiencia desde el corazón, para quien necesite resetear, sanar o simplemente volver a lo esencial.